Cuenta con 3 líneas principales: la azul, la roja y la verde; un recorrido de casi 110 km. de largo y 100 estaciones de las cuales 47 son subterráneas y 53 de superficie.
Todas las estaciones cuentan con una decoración y una ambientación excepcional.
Se han utilizado en varias estaciones el lecho de roca natural del túnel como materia prima y se la utilizado como parte de la decoración de variadas formas y creativas expresiones de arte.
Desde frescos hasta esculpidos en la piedra, estatuas, metales, incrustaciones de diferentes materiales y variadísimas pinturas de colores vivos y brillantes.
El resultado es sencillamente espectacular y bello.
En la estación Rissne, un fresco informativo sobre las paredes cuenta la historia de las civilizaciones de la Tierra a lo largo del andén.
Las pinturas fueron creadas con el mensaje de bienvenido al mundo, donde la artista sueca Helga Henschen quiso llenar la cueva plasmando la historia de la vida con aves, animales, flores, el hombre y la mujer.
La primera línea del metro de Estocolmo se abre en 1950; a partir de entonces, todas las estaciones incorporaron arte, eso sí, siempre intentando que las obras se integrasen en el entorno.
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