Por 600 años se pensó que esta ciudad en el medio del desierto de Jordania era legendaria como Atlántida y Troya.
El explorador suizo que consiguió hallarla después de recorrer sendas impresionantes como ésta, entre montañas de piedra.
Imaginen la emoción de él cuando llegó por primera vez, y vio esta escena del siglo XIX.
El Palacio de Petra, un templo de estilo helénico y también llamado “El Tesoro” y tiene 42 m. de altura.
Fue totalmente esculpido en roca calcárea.
El palacio es apenas una de entre las muchas construciones grandiosas en Petra, todas esculpidas en calcario.
Petra fue construída alrededor del siglo VI A.C. por los nabateos, durante el Imperio Persa.
Los nabateos eran beduínos que vivían del comercio de especias, como incienso, mirra y plantas aromáticas.
Alrededor del año 60 A.C. Petra fue conquistada y anexada al Imperio Romano.
El viento a lo largo del tiempo aportó su contribución esculpiendo formas bellisimas en las montañas de calcário.
Petra incluso fue utilizada como escenario en la escena final del filme Indiana Jones y la Última Cruzada.
Reparen en los detalles de los interiores esculpidos.
El colorido en las piedras es natural.
Es que la composición geológica de la arena colorida da un territorio propicio de “pinturas” naturales como estas
O estas formaciones encontradas en las paredes de algunas de las montañas.
Los nabateos construyeron en Petra un sofisticado sistema hidraúlico con túneles y cámaras de agua.
Este teatro, de estilo greco-romano, tenía capacidad para 4.000 espectadores.
En el año 551 un segundo terremoto destruyó casi toda la ciudad y Petra nunca más fue habitada.
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